Procesionaria del pino...

Señoras y señores...
...en un intento desesperado por encontrar inspiración viajé conmigo mismo a los más recónditos bosques valencianos, adentrándome en sus entrañas armado con un bastón (que evitó mi muerte en repetidas ocasiones) y con una mochila que precariamente preparé, y que olvidé cargar de víveres. Así que, sin más herramientas que un boli y una libretita, me dispuse a dar rienda suelta a mi cerebro para que ordenara a mi mano escribir cuanto se le antojara, rodeado por un silencio extrañamente sepulcral. Iluso de mí: al rato me veía conduciendo de vuelta a casa, y con más hojas blancas en la dichosa libretita de las que de por sí disponía en un primer momento. La soledad de aquella mañana me había estado dirigiendo constantemente hacia nidos de gusanos encaramados a los pinos, nidos de gusanos irremediablemente repugnantes, y que ahora luchan como feroces hordas por convertirse en mi fuente de inspiración, una fuente de aguas tristes y amargas...
Parece una rebuscada analogía de la vida, y no descarto que sea válida. Así que por el momento iré rociando mi cabeza con fli-antiparásitos, que nunca me gustaron los gusanos...

1 comentario:

Unknown dijo...

Chacho, actualizas más que yo! A ver si sigues en ese plan! jajaja
A mí me encantan estos bichos, aunque no me los comería...
Qué lindos retiros espirituales!




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