¿Y a qué viene todo esto? Pues a que me he pasado cuatro días viviendo en un pueblo perdido entre las montañas y lo que más he odiado es tener que volver a la ciudad, donde el cielo devuelve de vez en cuando, en forma de lluvia turbia, toda la mierda que le mandamos segundo tras segundo. Un día cualquiera me pondré un taparrabos y me mudaré al monte, bien lejos de la "civilización", donde no me haga falta autopsicoanalizarme escribiendo cuatro palabrejas en un blog...
Arriba dejo una prueba gráfica de uno de los bellísimos lugares que he pisado estos días...
Arriba dejo una prueba gráfica de uno de los bellísimos lugares que he pisado estos días...